Es media tarde, el sol se quema fuerte antes de desaparecer, puedo decir que siento el aire casi tan tibio como el humo de los cigarros que prenden algunos, mas no tiene ese hedor,el aroma que siento es suave casi imperceptible y es él el que agudiza mis sentidos frente a la ventana tapada por los visillos.
¿Podré o no ? es la pregunta que recorre mi inconsciente y también mi consciente, día y noche me hago las preguntas y me pongo metas ambiciosas, las cuales comienzan como un día claro y fervoroso, luego se calman a media tarde para finalmente morir en la oscuridad titilante de una noche moribunda, sin embargo, mueren en la esperanza de otra mañana, y es el ejercicio que se debe y necesita cada día, el de ir contra la propia muerte, hacer del nacimiento un fin, en definitiva ponerte a ti como garantía de un futuro mejor. Aparece aquí algo que encuentro fundamental y que suele ser demonizado atribuyéndolo a una secta de fanáticos religiosos o tal vez de ilusos sin "ciencia", me refiero a la Fe, la común, la que nos permite vivir, poner en la esperanza, el destino propio, la libertad, la construcción, en definitiva, el hoy.
Es increíble como una palabra ha cargado con el peso de una visión o el peso de la "sin razón" de algunos, cuando su verdadero uso no radica en un dogma o en una forma especial de ver la vida descubierta por un filósofo, incluso algunos creen que la palabra fe es sinónimo de ceguedad, de inconsecuencia, cuando es incluso, y bajo mi concepción, un atributo radical bajo el cual subyace una capacidad humana tan importante como la razón, y me refiero a la posición radical de salir del tiempo presente, situarse bajo otro paradigma y bajo aquel, y el propio, instalar una visión y proyectar en la esperanza un futuro que, sin ser destino, se construya en libertad.
Cambios, creo que la palabra cambios nos atemoriza a todos, incluso en la extendida sabiduría popular encontramos el principio de tanquedad de Parménides arraigado en la esencia del hombre, quizás del chileno, pero definitiva de nosotros, y me refiero al siguiente dicho "más vale diablo conocido que diablo por conocer". Es claro que abogamos por un mundo sin Fe, aunque la ocupemos en cosas más mundanas como diría Hume, esperar en la salida del sol al otro día, o incluso en la espera de una micro en un paradero, es importante creo yo el devenir en un hombre, no solo porque nos entrega identidad, sino porque es parte fundamental y fundante de lo que conocemos como realidad, pues es dinámica y el cambio es la manera en la cual nos desenvolvemos, nos mostramos únicos aun siendo los mismos, no es una lucha de opuestos, no es la lucha de lo que inmóvil contra lo móvil es la lucha del yo, contra el yo, la voluntad contra mi voluntad, en definitiva y después de muchos rodeos, es el cambio contra lo que nos cambia.
Principios del 2013... Un consejo del pasado para mi derrotado yo del presente.
Principios del 2013... Un consejo del pasado para mi derrotado yo del presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario