lunes, 12 de mayo de 2014

Las horas del día

Son las 8 de la tarde y camino mirando el suelo.
El día ha sido duro, me pregunto por lo que hice ayer o lo que haré mañana pues no quiero situarme en mi presente.
Celulas que en un proceso de fagocitosis intervienen para decir que me marchito, me destruyo, que irremediablemente me desarmo... y son las 8 de la tarde.
Camino a la micro - y cuesta que llegue -las luces de los buses del mismo color y distinto enunciado rebotan en mis sucios lentes, el polvo se ve entre ellos y fuerzo mis cansados ojos para lograr observar una que cumpla con mi destino de llegada.
Estoy cansado -es verdad- pero llevo todo un día pensando y me sigo preguntando sobre mi existencia, sobre el proposito y lo que quiero hacer... todo o nada, mientras la indiferencia hace tiritar mi cuerpo y mis enflaquecidos huesos se quebran produciendo un sonido que escucho solo yo, que me imagino al mirarme tan frágil.
Son las 8 de la tarde - y el día termina - no sé si llegaré a casa con una respuesta o más dudas.
No tengo hambre, he comido dos panes al almuerzo solo por obligación "social", y no estaban malos, pero no tenía ganas... mis intenciones de vomitar eran evidentes.
Son las 8 de la tarde y miro hacia afuera.
El bus llega a mi destino, la parada de bus me espera, me despido (y el aire de indiferencia que percibo es tan grande que me duele, aguanté mis ganas de llorar).  Me bajo triste, me bajo abatido y el paradero casi tan frío como aquella atmosfera empobrecida de comprensión me hace esperar tristemente una calida/falsa  luz verde.
Son las 8 de la tarde y mis celulas reciben un impacto potente, el frío.
Impulsos nerviosos recorren a saltos las bandas de mielina entre los axones, mis dendritas sueltan neurotransmisores a un espacio sinaptico que al ser interpretado por las celulas receptoras me indican que hay un cambio sustantivo en el aire que me rodea, incluso en como percibo eso, eso que me quema. El frío. El exterior complementa mi entumecida y congelada alma.
Son las 8 de la tarde y camino bajo el humo de las estufas, y tengo frío, voy recordando momentos, voy preguntandome por diferentes personas en mi vida - Amigas y amigos, ex-pololas, mi madre y padre, mi sobrina, mi hermana, compañeras(os) que no conozco y algunas(os) que conoceré)... Mi existencia, mi pobre y reducida existencia me duele más que nunca, y me hace llorar triste, me quebro frente a lo insignificante que soy. Me duele.
Son las 8 de la tarde y me pregunto por mi existencia individual ¿ existe categoría que logre catalogarme? al parecer no, soy un monton de reacciones fisiológicas que tienen algo que las trasciende (al igual que muchos), parece que no hay molde que se ajuste a mi realidad. Mi empobrecida realidad me golpea fuerte, mis amigas(os) son pocos o casi nulos, mis padres siempre estan pero no siempre es lo que necesito, mi sobrina me regala entusiasmo y amor sincero e incondicional, mi hermana con sus propios dramas (se que me quiere pero está cansada y más que yo), mis compañeros no acompañan, la gente que no conozco es bruma de incertidumbre y mis ex pololas...(no son muchas)....  son pasado, y por mi culpa.
Son las 8 de la tarde y camino directo a mi hogar, entre sauces negros que danzan entre el humo, y mis pensamientos resuenan en el frío concreto bajo mis pies donde me voy preguntando por mi existencia, por mi cuerpo frágil, por mi ayer terrible y mi mañana en incertidumbre... son las 8 de la tarde y le quedan 4 horas al día...y estoy cansado.

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