Ávido estudiante, deseoso de aprender, Athan emprendió el camino desde su casa al dichoso cuartel, no sabia como reaccionar, era el primer día de la nueva empresa, debía tranquilizar, esa sed casi poética, miraba a los demás, casi con las misma sed de justicia, vio entonces en la verdad que buscaba el "agua bendita".
Dos años han pasados desde su alocado comienzo, veía algunos frutos radicados en lo alto de su cielo, grandes creyó él, pero aun sin madurar, veía como su alma, se volvía más de cristal, interesante pensaba, feliz por la recompensa, ahora había que madurar, con la ciencia de las ciencias. Entonces de color gris y con aparente figura nítida, apareció aquel que tus frutos destruiría, sacando argumentos desde un ego maquinista, se subió en tu árbol y corto los frutos de la vida.
acabado el trabajo terminara por incendiar tu estepa, pero saben, no hizo mas que radicalizar mi meta, cuando el incendio ataca solo deja la "tierra nueva".
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