sábado, 26 de abril de 2014

En la República de las Mentiras



Reclama tu cordura poniéndote en un transe,
tenso y pensando lentamente actúas rápido, inconsciente.
Fuerte, recorre parte de ti y se aloja en algún lugar
viene y va,  es como una sombra
un invitado de piedra.
Tus ojos buscan respuesta,
tus manos sudan entre cadenas,
tus piernas se aflojan,
y al final de tu mente en una pieza oscura te preguntas…
¿Por qué no se pasa?
¿Por qué aun continúa?
y nuestra inmortalidad se desvanece como la luna,
en el cielo, en el agua, en algún reflejo bajo el sol,
y entre las sombras nuestro enemigo…
Alguien grita desde una caverna
¡se esconde adentro!
….
Al dolor de nuestras cadenas,
s
e suma la prisión de la realidad,
Reptando como gusano viene,
mientras me retuerzo de miedo pienso…
no lo puedo atacar… está en mí y es mi propio cuerpo.

Mientras afuera ellos caminan, a una republica donde la luz brilla, que no tiene sombras ni matices, donde no hay divisiones y todos piensan lo mismo, donde todos son iguales ¿les suena parecido? y un "Filósofo" gobierna, sabiamente, pues no se equivoca...eso dicen desde afuera...



domingo, 20 de abril de 2014

La consulta del Dr. Platón



En una consulta médica privada o estatal, una televisión en circuito cerrado emitía un anuncio, mientras tanto un sinfín de personas esperaban su turno para ser atendidos, eran pacientes, muy pacientes.
Bienvenidos, en la consulta del Doctor Platón, analizamos sus almas. Ya sabemos que está sufriendo, y con los avances de la tecnología, usted podrá decirnos que siente y sabremos que es mentira (los sentidos no entregan solo conocimiento aparente). En la consulta del Doctor Platón, usted nos dirá su mal y nosotros le daremos siempre la misma receta.
 
La secretaria: Pase, paciente A96
Paciente A96: güena!
En ese momento, el doctor Platón abrió su despacho, era un sujeto canoso con un traje formal, su corbata tenía un color que se perdía entre el morado y el azul, él miró al paciente fijamente, de pronto y sin mediar aviso dijo:
Doctor Platón: No me interesa su nombre, comience.
Paciente A96:
Sae doc, tengo el terrible problema,
No entiendo na’
no me diga que onda,
si al final no voy a cachar na…
es como una custión adentro,
como que no puedo decirlo,
como que me molesta algo en los “interiores”.
Avece cuando estoy como pensando,
me dan ganas como de hacer algo,
uste sae,
como decir las cosas más bonita
¿me entiende?
eso es pue, una custión bien rara,
es como una enfermedá en la pensaora.
...
El doctor Platón le hizo sacar la lengua, luego analizó su alma concupiscible (estaba bien), su alma irascible (totalmente estimulada), el médico supo de inmediato que era un sujeto común, con tarjetas de crédito, de un barrio malo a las afueras de la nueva Atenas, su léxico lo delató, entonces quiso dar el mismo remedio, en cambio, su alma racional estaba casi muerta.
Doctor Platón: ¿Ha pensado usted en el suicidio o la muerte asistida?, su “alma” se lo agradecería, está comprobado que si lo hace, volverá pronto a reencarnar, y quizás como dijo el Doctor Sidartha hace algunos años “se libre de la rueda del karma”.
Paciente A96: La erdá doc, no se mucho de esas custiones, pero ahora no estoy haciendo na, trabajo en una de esas empresa donde hacemos esas túnicas pa los senaores de la acrópolis, si uste dice que es mejor, recomiéndeme un lugar pa hacerlo.
El “Doc” habló con él de un lugar con menores precios, algo así como muertes naturales asistidas, el paciente A96 pensó que era “güeña idea”, el doctor Platón desapareció tras un vestíbulo, su corbata estaba ahora más morada  quizás un poco negra, y se puso un delantal extraño. Sacó un lápiz un tanto extraño y dijo a su asistente, el señor René que comenzara con el procedimiento.

René: Paciente A96, le pediré que me responda lo primero que se le venga a la cabeza cuando haga las preguntas, ¿está usted de acuerdo?
Paciente A96: Güeno.
El Asistente rené, levantó su una mano y levantó solo dos dedos, luego digo
René: ¿podría usted decirme cuantos dedos hay aquí?
Paciente A96: Eso es fácil, hay do deos.
René: ¿podría usted decirme lo siguiente: una paloma no vuela en el agua, en el aire vuela mejor (pues hay menos resistencia), entonces ¿volará mejor si no hay aire?
Paciente A96: Usté lo dijo, obvio loco.
René: Ultima pregunta A96, ¿si usted dudará de todo, menos de su existencia, podría afirmar entonces que en su más íntima “Yoidad” la única certeza confiable que sopesa esa existencia es su pensar, por ende, pensaría y luego existiría?
Paciente A96: No le entendí na
René: Respuesta correcta, usted no piensa…
...
En ese momento el Doctor Platón apareció con el extraño lápiz, le dio una extraña pastilla que dejó sin voluntad al hombre y lo apuñaló  repetidas veces en la arteria femoral (solo 10, su seguro no le permitía morir de manera rápida y sin dolor), el hombre aun con aquello se retorcía del dolor… el hombre estaba seguro que los docs sabían lo que hacían, eso pensaba (o casi), mientras miraba en primera persona su propia muerte, se convenció que era lo mejor y e desangró hasta morir.
…10 minutos más tarde, el asistente y un guardia estaban limpiando la sangre y el doc Platón estaba cobrándose de la tarjeta del fallecido.
El cadáver fue lanzado junto con otros 16 más que se “trabajaban” a diario, a un vertedero cercano, se les ponía en una bolsa que decía (Doctor Platón: Bien, Bien, Bien).
El doctor se sacó aquel extraño delantal, guardó el lápiz sin desinfectar, escribió una boleta con el rut de la empresa, luego se fue a su casa y durmió plácidamente, sin pensar en nada.
Más tarde, un cartero llegó a una casa de los suburbios, una mujer recibió una carta y la abrió, en la boleta que le llegó a la viuda del paciente A96 decía: Un “casi hombre” decidió morir hoy, su ignorancia lo mató, Empresas Doctor Platón le hace llegar sus felicitaciones, saludos y  pésame. A la señora Jantipa $300 ideales por cobrar.
La señora rió un momento, no supo qué hacer y se fue a ver la novela… no sabía leer.

sábado, 19 de abril de 2014

Arte poética



Te escapas de las citas, entre  paréntesis silentes,
haces metaforizar, haces que no argumente,
te resbalas entre peñascos de fantasía
y del mundo lírico te apareces para darle al hombre algo más que vida.
Tú, con tu hiperbólico aliento me recorres sin cuerpo,
y con mis comas te separo, mas eso es para dar un acento.
Amor, Es imposible no rimarte, estrofa por estrofa te acercas y alejas,
NO !!!  Mirarte mientras destruyo mundos, es crear otros  nuevos.
Eres sustantiva mi diosa
hieres con tu verso, besas entre sinalefas,
párrafos entre mundos,
¿fantasía? ¿Ilusión?
No…solo Arte poética.

No tengo certeza alguna


No tengo certeza ninguna,
no es que me crea escéptico,
es una especie de revelación,
-o algo así -
…me dice una voz cuando pienso,
cuando hace frío,
y no es nada parecido a una religión.
¿Es más o es menos? es algo extraño,
pero no tengo certeza alguna,
no poseo miedo,
pero me da frío,
y me duelen los huesos.

El viento y el poleo

El viento y el poleo me dan la bienvenida,
tierra de sol y cantar de las aves,
mi tormento...vino conmigo.
Un cielo de color se dibuja en la tranquilidad,
en su lecho me recuesto, y bajo dos robles mi tormenta,
levanta el polvo del recuerdo.
Pasto de mis pies, espinas de mis manos, calor de mi pecho,
suciedad de mis ojos claros: ¿dónde estoy?
...Vértigo de mi caída, en el suelo descaso mi herida,
y tú, tú estás lejos.
Descalzo, indefenso, con ganas de decirle al verso - aquí estoy -,
con un abrazo invisible que me deja sin aliento,
y en el viento se arrastra el intenso aroma del poleo.

Poema viejo: Encontrado en un cueaderno.